viernes, 10 de diciembre de 2010

otro año más

Otra vez la dichosa musiquita, el dichoso timbre de todos los días. Lo apaga y moribundo se levanta de la cama camino de la ducha. Mientras se despereza se da cuenta que hoy es un día diferente, hoy es especial. Hoy es su día, ese día en que tú eres el importante, en que todos están pendientes de ti, te llaman, te felicitan, te demuestran su afecto.

Ese día en el que recuerda como año a año ha ido soplando velas, y como con cada soplo, el viento se llevaba un deseo. Deseos a veces cumplidos, pero otras tantas no... Deseos anhelados, que han ido evolucionando con él en el tiempo, que han crecido convirtiendo los rasgos de un dulce y tímido niño en un apuesto joven,y más maduro.

Mientras se arregla como cada día, por su cabeza vuelan experiencias que le han curtido, le han hecho ser quien es en este momento de su vida. Pero en estos momentos su mente se enreda y gira en torno a un pensamiento, en torno a aquello que anhela, aquello que deseará al henchir su pecho para apagar la llama de las velas.

Es su día pero, hay algo que no le deja ser feliz, que le retiene, que le ata, que le amenaza su corazón, que le hace vivir su día como otro más. Que no le deja disfrutar en plenitud. Él no sabe, o no se da cuenta que ha de ser feliz, que ha de disfrutar, que ha de vivir su día, porque tendrán que pasar 364 para volver a vivirlo, porque este día no se repetirá más.
Poco a poco, las horas pasan y el sol se pone, su día se va acabando. Las estrellas y la luna le saludan y dicen adiós a otro año, a otro deseo que vuela con el humo de las velas. Quién sabe si este año el olvido lo borrará en el silencio o el capricho destino hará que se cumpla...

1 comentario: