Luz, luz para el camino,
para iluminarte en la oscuridad,
en las tinieblas sombrías,
en las noches oscuras,
tenebrosas e infinitas.
Donde nada parece tener solución.
Donde la insaciables inmensidad
devora el mínimo halo de claridad.
Luz, luz para el camino,
para acompañarte en los festejos,
en la alegría, en tu día a día.
Para compartir los buenos momentos,
para iluminarlos, valorarlos,
y saber apreciarlos.
Luz, luz para el camino,
para llenar tu espíritu.
Para que siempre tengas presente
que la candela de mi amistad
no se apaga, permanece viva.
Arde en el infinito, centelleante,
y ningún gélido viento del norte
la apagará dejándola en el olvido.
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