sábado, 29 de enero de 2011

Aquellos años... (Parte 3 de 3)

Y al final me doy cuenta de que cada uno de esos momentos me han servido para ser quien soy, hayan sido buenos o no tan buenos, me han dejado una cicatriz imposible de borrar, porque forman parte de mi pasado y por tanto de mi ser, de mi personalidad. y que todas aquellas personas que habéis estado en ellos, habéis dejado una huella imborrable, impresa con la tinta más potente que existe en el mundo: los sentimientos.

Quizá dentro de otros siete años, bajo la manta del sofá, me ponga a recordar cuales fueron los mejores años de mi vida, y en mi elección predominen otras vivencias. Porque con el paso de los años, nuestro sabio cerebro escoge los momentos felices para permanecer en el recuerdo, y quizá experiencias que en el pasado cercano y en el presente no me parezcan tan maravillosas; en el futuro las evoque con la sonrisa con la que hace unos minutos revivia aquellos años de universidad, aquellos años que me marcarón para ser la que soy ahora: con virtudes, risas y defectos; con ilusiones, penas y alegrías; con amor, inquietudes y amistad; y con el empeño que me caracteriza por luchar por lo que quiero.


¿Cuales han sido los mejores años de vuestra vida? ¿Por qué? ¿Cómo os han marcado?

viernes, 28 de enero de 2011

Aquellos años... (Parte 2 de 3)

Pero tampoco puedo dejar atrás los tres años posteriores en la facultad de educación, en ese edificio tan gélido como el mismo frío que asoma un día de enero por la ventana.

El comienzo no fue fácil, porque echaba mucho de menos esas personitas locas, mejor dicho piradas de psicología, con las que tanto me divertía en la clases y fuera de ellas. Pero gracias a los trabajos grupales os conocí a vosotras: aquellas chicas emocionadas de la vida, risueñas, alegres, alucinantes e ilusionadas con un día tener su propio aula, con sus niños. Con las que lo hice real en la teoría a través de aquella célebre programación.Con vosotras también compartí momentos inolvidables, diferentes a los de psicología pero únicos, como aquellas horas de charlas en el descansillo del ascensor.

El segundo año conocimos a dos personas magníficas,una loca pero a la vez fiel,constante y trabajadora como la que más y la otra más tímida, pero que cuando soltaba algo por su boquita su ingenio volaba por toda la estancia, y que gracias a ella descubrimos a nuestro "Dios", ya que estaba siempre en todas partes, jajaja.Dejando a un lado nuestras charlas, alguna de nuestras cenas, los dibujitos en clase, o nuestras continuas risas,lo que más recuerdo de ese año fue aquel maravilloso árbol de texturas. Sudamos tinta china para realizarlo, pero al final lo logramos como unas campeonas.

Y que decir del tercer año,además de la buena amiga y compañera de camino que encontré en las prácticas, las comidas veloces en cinco minutos entre clase y  clase, el frío incesante muy acorde con el trabajo de los pingüinos, o el descubrimiento a final de curso de que podíamos pedir un aula para realizar trabajos. 
He de señalar nuestro "super viaje" de fin de carrera, de los líos y enredos tanto en su organización como en el propio viaje. Pero al final, lo que recojo de él son los buenos momentos, y la testarudez por estar juntas, por no separarnos. Aunque pasados ya unos años, el tiempo haya conseguido que algunas de nosotras se hayan alejado,distanciandose día tras día.

jueves, 27 de enero de 2011

Aquellos años... (Parte 1 de 3)

Medio adormilada por el calorcito de la manta del sofá empiezo a pensar en cuales han sido los años más felices de mi vida. Rememoró momentos, otras épocas en que no era la que soy ahora. Repasando por mis recuerdos, me doy cuenta que los años más felices de mi vida fueron los de la universidad. Fueron unos años formidables, y de hecho al intentar escoger uno de los cuatro no soy capaz, porque cada uno de ellos fue especial.

Que decir del primer año en psicología: magnífico, apasionante, gratificante... y como estos tres adjetivos podría nombrar muchos más. Fue tan maravilloso que aún conservo esos amigos, esos con los que íbamos a prácticas inexistentes pero marcadas en el horario, en las que acabábamos en el césped riéndonos y contándonos la vida. 

Nunca olvidaré ese primer día de nervios, de tensión, en el que conocí a una de las personas más importantes de mi vida. esa chica con una chupa de cuero, que a pesar de sus pintas me pareció la mejor persona para acercarme a ella, y con una tímida sonrisa le pregunte: "Hola, ¿vas a primero D?", y a partir de ahí empezamos a conectar tanto que ni la distancia nos puede separar. Aquella persona con la que descubrí que no hay bichos raros, sino personas especiales que llenan la vida de los demás.

Como dejar en el olvidó a aquella personita que sabía de mi existencia y yo ni le conocía y que me asustó tanto cuando me dijo: "Ala eso yo no lo sabia de ti". 

O como olvidar esas horas muertas contando chistes sin parar, nuestras charlas en la cafetería, nuestra ratita Sniffy, las frases para recordar, o aquellos dos "personajillos" de los que me sorprendia tanto que uno tuviera el pelo moreno y la barba pelirroja y el otro al contrario,y que fueron tan relevantes ese año.

Pero tampoco puedo arrinconar en la mente esas fiestas en Getafe, donde conocí a una persona alucinante, con la que conecte la primera noche a las mil maravillas, como si nos conociéramos de toda la vida. Con la que compartí miedos, secretos, y deseos...

Y como no aludir a aquellas horas y horas en las que el tiempo volaba mientras hacía una de las cosas que más me gusta en mi vida: el teatro. Imposible olvidar a las personas con las que compartí tantas horas de risas, de ensayos, de nervios, y de locuras como ensayar en el Retiro, actuar en medio de la facultad sin escenario o en los encierros,  o la mayor de todas, actuar en la plaza Mayor horas antes del certamen de la universidad.

Realmente ese primer año de facultad fue inolvidable, y lo fue tanto, que a día de hoy que ya han pasado nada más y nada menos que siete años ,lo sigo recordando como si se tratase de ayer mismo.

lunes, 24 de enero de 2011

En la soledad de su cuarto

En aquel mundo lejano, sólo existente en su memoria, estaba él. Libre, sin necesidad de dar cuentas a nadie, soñaba y soñaba con alcanzarla, pero siempre cuando alargaba su brazo y extendía su mano le quedaban escasos centímetros para rozarla. En esos momentos él creía tocarla y sentirla bullir dentro de sí, lo conseguía, ¡sí! por unos momentos, las mejores veces incluso días y semanas conseguía alcanzarla. Pero siempre ocurría algo, no lograba descifrar el qué, pero le arrojaba de ese estado de plenitud. Y se preguntaba en la inmensa soledad de su cuarto, el porqué de tanta desgracia. Se sentía el ser más insignificante del universo, sentía que su ausencia sólo traería paz y por supuesto lo que él siempre había buscado: felicidad. 

Sentía que nadie le echaría en falta. Pero al pensar esto, a la vez se sentía, tan egoísta… ¿Y si en realidad no estaba sólo? ¿Y si todo era producto de se imaginación como tantas otras cosas? Necesitaba encontrar respuestas, miles de dudas le asaltaban como una jauría de perros de caza. Y se preguntaba: “¿Por qué soy así? Yo sólo quiero ser feliz”. Todo era como una rueda y lo sabía, sabía que los momentos de máximo esplendor se sentía fresco, lo daba todo y se sentía el ser más afortunado. Pero cuando estaba triste, su ánimo sobrepasaba las puertas de la infinita oscuridad. “¿No tengo un punto medio?” se decía. Se sentía condenado a vivir así.
                                                                                              17 de diciembre del 2004.

viernes, 21 de enero de 2011

Realidad

No te quieres dar cuenta, pero la realidad está ahí, quieres ignorarlo, creer que todo está bien , pero no es así.

Ha golpeado fuertemente tu muralla durante mucho tiempo, pero tu eres como el cerdito mayor y la construiste de ladrillos y cemento.

Pero hoy, hoy ha sido distinto. Hoy no ha venido el lobo solo, hoy ha sido una manada entera, que con sus dientes afilados te han mirado, te han mordido y zarandeado. Pero en la realidad no hay aquel príncipe convertido en Bestia que salvo a Bella de la jauría feroz. Tú tienes que hacer frente a la realidad sola, y pensar si realmente es necesario mantener esa muralla o simplemente puedes girarte levemente y caminar por otro sendero. 

Tienes que pensar en que es lo que te hace feliz, al igual que lo hacia aquella princesa encerrada en la torre del castillo cuando meditaba huir o no con su príncipe.Está claro que al igual que ella, no conoces que acontecerá en la otra vereda, pero si no lo pruebas nunca lo sabrás.

Te puedes equivocar al igual que lo hizo Caperucita haciendo caso al lobo, pero en este caso el lobo ¿quién sería? De todas formas, Caperucita aprendió la lección, así que de algo sirvió. Pero hasta que no lo pruebes nunca lo sabrás.

Hay días...

Hay días malos, hay días negros, días egoístas, días en los que te da igual que el mundo se pare, porque sólo quieres una cosa, algo egoísta, para ti, algo a lo que algunos llaman abrazo, otros deseo, otros ilusión, otros añoranza, otros amor; y te da igual el resto del mundo porque sólo buscas tu misión, egoísta donde las haya: dar un abrazo a aquél que llamas amor.

Días en que sólo quieres chillar, sólo quieres gritar, reír de rabia porque él no está; reír con esa risa escandalosa, risa de loca, risa de tortura, risa de llanto, risa de negra pena porque no le llegas a alcanzar. Y el mundo sigue, y no se para, pero a ti te da igual, sigues pensando en tu misión: robar un abrazo a él que aquél día te enamoró.

Pero, ¡oh! dichosa ilusión, cuando alargaste la mano y no tocaste su olor, cuando confundiste su aroma con la contaminación, cuando su pelo en humo de fábrica voló...y la risa en llanto se convirtió. Llanto frágil, llanto amargo, llanto lleno de emoción, llanto de espejo rotos que se clavaron en el corazón.


                                   20 de abril del 2005.

miércoles, 19 de enero de 2011

DÍAS ETERNOS

Pasan los días                                                En que la vítrea rutina
y sigo lejos de ti,                                            estalla contra el suelo,
pasan los días                                                y los destrozados cristales
y no te tengo a ti.                                           ruedan por mis mejillas.

Mis ojos buscan                                              Y sé que estás aquí     
ansiosamente a los tuyos,                                estándolo sin estar,
pero sólo encuentran                                       me despiertas por la mañana
el inmenso vacío.                                            y me acompañas a acostar.     

Mis manos reptan                                            Pero es tan difícil,        
por la cama vacía.                                           es tan duro no tenerte,
¡Tú no estás!,                                                 no mirarte, no besarte,
y se encuentran perdidas.                                 no abrazarte, ni susurrarte…

¿Dónde está tu olor?                                        Mi utopía es levantarme
se ha fugado                                                   y  encontrarte a mi lado,
por las ranuras del adiós,                                 que los sueños de la noche
pero volverá, lo se yo.                                     se conviertan en realidad.

La rutina de la distancia                                   Y nada más abrir los ojos
invade mi interior,                                           contemplar tus pupilas,
y me acostumbro                                             como dulcemente        
a acostarme sin tu olor.                                    contemplan las mías.

Pero hay días eternos                                      Y que tus manos acarician
en los que el tiempo no pasa,                           mi cara entre suspiros,
en los que el aroma del día                              ¡me pasaría así la vida!
me recuerda al tuyo.                                        Juntos tu y yo.

                                   14 de abril del 2005.

martes, 18 de enero de 2011

MIEDO AL AMOR

Esa palabra indescriptible, le daba miedo nombrarla, le daba tanto miedo. Necesitaba sentirlo, pero a su lado, en la realidad y no en aquellos sueños irreales llenos de magia, de ilusión, de ternura… No pensaba en otra cosa, su mente giraba en torno a él, pero le parecía tan triste y tan ridículo al mismo tiempo. Quería olvidarle, borrarle de su cabeza y experimentar aquellos sueños con alguien que le quisiera igual que ella a él. Necesitaba sentir una mano que acariciase suavemente su mejilla como si fuera porcelana, y cualquier movimiento brusco pudiera destrozarla. Necesitaba apoyarse en ese hombro, que le acogiera con cariño, y que le rodeara aquel brazo que le mostraba seguridad.

Y a la vez tenía tanto miedo de encontrarlo y no saberlo mantener…Ya le había pasado, lo tuvo y lo perdió… Fue tan bonito, pero todo desapareció, se lo llevo el huracán, arrasó con todo, su corazón se rompió. Lo había intentado recomponer, pero no lo había conseguido, sino que había creado más dolor y sufrimiento…¿Y ahora? Volvia a sentir revolotear las mariposas… pero su amor no era correspondido. ¿De qué servía tener ilusión?¿De qué servía la esperanza? Quería borrarlo de su mente, olvidarle… ya que era un amor platónico, era aquel amor imposible, él nunca se fijaría en ella y le susurraría al oído: “ te quiero mi vida”.
17 de diciembre del 2004.


domingo, 16 de enero de 2011

Idris

Por la mañana, muy temprano, unos toquecitos hacen que te despiertes paulatinamente. Es ella, que como cada día topa su hocico contra ti, y es que lleva toda la noche durmiendo plácidamente, pero cuando el sol empieza a esbozar una sonrisa en el horizonte no aguanta más, y necesita salir a toda prisa de casa. Pero medio paciente, medio nerviosa, espera a que tu te despereces, te laves la cara, vayas al baño e incluso a veces que desayunes. Eso si cuando oye el ruido de la campanita que hay en su cadena, no puede parar de botar y saltar, porque por fin podrá salir a la calle junto a ti.
Y esos momentos son los mejores de su día a día, cuando por las abarrotadas calles del barrio te guia. Ella siempre va con su rabo bien alto, porque sabe que su labor es la más maravillosa que un perro pueda realizar. Comprende que es tus ojos, que te fías plenamente de ella, y que juntas formáis un equipo estupendo ya que os compenetrais a las mil maravillas: las dos camináis deprisa, os encanta ir a pasear por el monte, y os gusta el cine, a una por las películas y a la otra por las palomitas. 

Hoy para ella es un día como tantos otros, una vuelta por el barrio, comprar el pan, y a casa para hacer la comida y descansar. No sabe si por la tarde toca ioga, o  gimnasio y ajedrez, pero no le importa porque le encanta estar en ambos sitios, ya que siempre hay alguien que le acaricia  y le dice lo guapa que está y el pelo negro tan estupendo y brillante que tiene. Porque ella como su dueña es muy presumida, por eso le encanta lamerse las patitas para estar siempre bien limpia.

Llegada la noche y una vez hecho el ritual de cenar, se va a su cama a descansar. En realidad aún no duerme, pero le gusta tener esos ratitos para ella, esos ratitos de relajación, y de paz. A medida que pasan los días le gusta más tener esos momentos para ella misma. Se da cuenta de que poco a poco se va haciendo mayor, pero en su mente de perro no comprende porque los años son más duros para ella que para su dueña. Y su dueña, tú, aún siendo consciente, no lo entiendes. Porque los años que has estado junto a tu querida perra te han parecido efímeros. Y mientras piensas en ello una lágrima te brota por la mejilla porque sabes que al día siguiente vendrán a llevársela porque está tan mayor que le cuesta mucha caminar y sus ojos no pueden guiarte como lo hacían antes. Y a la vez que cabilas y reflexionas en ello, tu mano  dándole las buenas noches, le acaricia su cabeza y su tripa como si fuera la primera vez que lo hiciera, aún sabiendo que es la última.

Idris, estés donde estés, hoy es tu 13 cumpleaños.



sábado, 15 de enero de 2011

Sin ti...

Echo de menos tus manos, acariciándome,
echo de menos tus labios, besándome,
echo de menos tus ojos, mirándome,
echo de menos tu ser, amándome.


Necesito sentirte cerca,
a mi lado, junto a mí,
necesito sentir tu respiración,
jadeante sobre mí.

Sin tí mi alma llora,
mi vagabundo corazón
pasea por las calles,
solitario y sin razón.

Se vuelve loco,
loco de tu amor.
Se vuelve loco,
loco de dolor.

La tinta de mi boli dejó estos versos el 18 de febrero de 2007

viernes, 14 de enero de 2011

Dulce mar...

Su susurro recorre mis entrañas,
me llena en cuerpo y alma,.
Ciega mis sentidos.

Me invade de armonía,
transporta la paz,
con él, reboso de felicidad.

Su destello brilla en mis ojos,
se refleja cambiándolos de color,
los transporta con mucho amor.

Con él reaparecen lejanos recuerdos,
se olvidan los malos momentos
y reanima el pensamiento.

A veces tranquilo y manso,
y otras como un león enfadado,
pero siempre, siempre salado.

No recuerdo aquel precioso instante
en que conocí tu carícia.
Como rozabas mi piel con dulzura...

Sólo recuerdo  que me enamoraste,
sabía que no me podría olvidar de ti,
sabía que al verte era feliz.

Sé que siempre estarás ahí,
esperando, esperando y esperando,
pero siempre, siempre salado.

El mar broto por mis dedos el 21 de febrero de 2007

miércoles, 12 de enero de 2011

Volver a nacer

Esos días en que el sol se reflejaba en su cara le hacían sentir viva, salía a pasear para llenarse de vida, aún sabiendo que día a día su cuerpo se moría por dentro, aún teniendo presente que no sabía cual sería su futuro, o si éste llegaría.

Pero aquellos días eran especiales, henchía su pecho para que sus pulmones respiraran ese aire tan puro, con olor a rosas, a claveles y jazmín que desprendía el puesto de aquella viejecita con esos ojos llenos de experiencia ¿Quién sabe si ella llegaría algún día a tener esas arrugas en la frente? 

Era irónico, todas sus amigas luchando contra las arrugas en la piel, y ella anhelando llegar algún día a tenerlas, porque eso significaría que seguiría viva. Y es que desde que su enfermedad fue en aumento, se empezó a dar cuenta de las verdaderas cosas que importan en el día a día, y de como otras que le parecían tan relevantes, simplemente las había magnificado.

En este momento de su vida, lo primordial era disfrutar de cada momento como si fuera el único, porque tal vez lo fuera, y por supuesto había una cosa fundamental en su rutinas de cada día. Todas las noches, como si de un ritual solemne se tratase, conectaba el cargador del móvil en el enchufe de encima de la mesilla  y colocaba en ella su móvil mientras poco a poco se llenaba la batería. ¿Quién le hubiera dicho en otra época que no se apartaría de él ni un segundo? 

Y es que para ella ese teléfono era su esperanza. Cada vez que le llamaba un número que no conocía su corazón palpita como si se desbordase de su pecho, porque algún día la voz que se escondiera tras esas cifras le agasajarian los oídos diciéndole  que volase veloz hacia el hospital, porque era el día de volver a nacer, porque todo estaba preparado para su trasplante, porque ese riñón compatible con su ser que tanto tiempo llevaba esperando por fin había llegado y era la primera en la lista, con lo que si los análisis salían bien, al día siguiente sería una nueva mujer.


Día Nacional de los Transplantes, 11-enero.

Para ti, que tras tanto esperar un 1 de agosto llegó. 

lunes, 10 de enero de 2011

Ajado reloj

Ahí, quieto y solitario en un rincón del salón. Discreto, pero a la vez, llamativo porque es diferente a los demás objetos que hay entorno a él. Ve como el tiempo transcurre a su alrededor, pero él, él está inerte. Los minutos ya no juegan contoneandose entre sus manillas desvencijadas por el paso de los años dentro de un cajón. Y el polvo se cuela por sus rendijas, porque un día, quizá por un golpe su esfera desapareció.
 Quizá desapareció al igual que lo hiciste tu,su dueño. con la diferencia de que tú, sigues presente en la memoria de tanta y tanta gente que te conocio como yo. 

Y cuando observo aquel deslucido reloj, mi cuerpo se estremece mientras mi mente revive aquellos días de verano, donde las cartas olían a ducados, y tus palabras se convertían en historias maravillosas a la luz de las estrellas. Evoca tus palabras,y las frases que siempre decías como si en ese mismo instante las escuchará de nuevo, como si me las murmurarás desde tu sillón o la silla en la que siempre te sentabas en la cocina, donde compartiamos chicharres entre trozos de pan y rajas de sandía. Y por supuesto mi mente visualiza tu mirada, esos ojos azules gastados por el tiempo, pero que siempre brillan en mi recuerdo

Y con todos estos pensamientos, timidamente asoma una lágrima por mi pupila, y consiguen que mi espíritu anhele verte, y abrazarte, deseoso de que no te hubieras ido allá arriba para velar por  los tuyos. Como dicen los viejos refranes, es ley de vida, y tarde o temprano ocurriría. Pero yo conozco el secreto, sé que nos guardas y que nos mimas, y que sigues vivo en cada uno de nosotros, porque aunque la maquinaria del ajado reloj ya no vuelva a funcionar, su presencia te dará cuerda , evocandote día a día en cada uno de nuestros corazónes.

sábado, 8 de enero de 2011

Rebajas

Colas enormes de gente 
que no saben ni que comprar 
se han ido todos juntos
a la gran ciudad. 

Esperan que den las 10 
en el reloj principal 
y como una avalancha 
en la tienda entrar. 

Buscar, rebuscar y probar,
y si queda bien
una prenda más. 

Pero antes de salir
e irse a casa con el tesoro
otra cola para pagar.

Y las tarjetas de crédito
echan humo,
la caja ya no da para más, 
está casanda de tanto trabajar.

Luego dicen que hay crisis,
que no tenemos dinero,
pero el primer dia de rebajas
está todo lleno, a rebosar.

jueves, 6 de enero de 2011

Víspera de Reyes

Luces, color y sonrisas,
música de todos los estilos
llenan las calles de Palma
entre el jolgorio de los chiquillos.

Chiquillos y  no tan pequeños,
porque padres, niños y abuelos, 
sonrien y saludan 
al inmenso cortejo.

Es una noche de alegria,
de ilusión y caramelos,
que llenan los bolsillos 
casi hasta romperlos.

Y cuando el desfile acaba
hay que ir a casa rapidito,
meterse pronto en la cama
para esperar los regalitos.

Pero no se nos puede olvidar
dejar el zapato bien limpio,
agua para los camellos
que están sedientos del camino.

Y un trocito de turrón
con una copa de vino 
para los tres reyes magos,
que de Oriente han venido.

miércoles, 5 de enero de 2011

Silencio roto

Silencio roto, hojas vuelan por el bulevar,
la escarcha se asoma por la vieja ciudad,
los pájaros mueren rompiendo a llorar,
y los rayos explotan cortándote al hablar.

El frío helado asoma por los cristales,
los niños no juegan por las calles,
las estrellas ya no brillan en el firmamento,
y todo por el viejo huracán.

Arrancó todo a su paso,
desoló las tierras embarazadas de tomates,
peló las montañas de resina,
se llevó los gorros de las casas.

¿De qué sirvió?
De nada

¿Por qué pasó?
Por nada

¿Para qué sirvió?
Para sembrar el dolor

Creado el 20 de febrero de 2007