sábado, 5 de marzo de 2011

Niñez

    Tus ojos brillan
como luciérnagas encendidas
en la oscuridad de la noche.

De tu boca
  se desprenden carcajadas
que invaden todas las almas.



Eres feliz,
ríes y te diviertes
y sólo quieres jugar
sin preocuparte que pasará.

Ese gran tesoro,
tu inocencia,
te permite volar,
soñar y disfrutar.

 
Gracias a ella
eres fiel a ti mismo
dices lo que piensas,
sientes y crees
sin importante que dirán.


 

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