Hoy pongo una poesia que escribi con dieciseis años, al releerla me parece muy cursi y muy adolescente. Pero gracias a que en aquella época escribia aún sigo haciendolo
Dieciséis años de vida,
dieciséis años de ilusión,
pero ha sido en éste,
en el que encontré el amor.
Sin darme cuenta de ello,
te fuiste metiendo en mí,
y al final conseguiste,
que todo el día pensara en ti.
Sólo veía tu cara,
sólo pensaba en ti,
y en mis libros y cuadernos
tu nombre escribí.
Cada fotografía tuya,
yo contemplaba felizmente,
y yo sólo quería
verte al día siguiente.
Esos ojos tuyos
azules como el mar
en los que quería bañarme
para a tu lado estar.
Esos labios tan tiernos,
que para mi chocolate eran,
y como tanto me gusta,
quería comerlos.
Me robaste el corazón
con una única obsesión,
que estuviera a tu lado,
y eso fue lo que pasó.
Locamente enamorada,
estoy yo por ti,
y el sentimiento es mutuo,
por eso soy feliz.
Este tiempo a tu lado,
esta siendo maravilloso,
porque para mi eres
el más preciado tesoro.
Eres el sol en mi vida,
porque como los rayos de éste,
cada vez que te veo,
mi cara iluminas.
También eres mi luna,
porque en los momentos tristes,
tan oscuros como la noche,
tú, mi lucero eres.
Tormentas hemos sufrido,
en algún momento,
pero siempre se calman,
por lo mucho que nos queremos.
Si algún día me faltases,
y te alejaras de mí,
sería el dolor más grande,
que yo podría sufrir.
Mi corazón se rompería,
en trocitos muy pequeños,
que nadie lograría,
componerlo de nuevo.
Pero ahora en esto,
yo no quiero pensar,
porque nada en la vida
nos va a separar.
En estos siete meses juntos,
están flotando entre los dos,
infinitas sensaciones,
en las que reina el amor.
Cariño, alegría e ilusión,
sonrisas, ternura y pasión,
están entre nosotros
en su máxima extensión.
22 de enero del 2002